Agua contaminada, ruta de la negligencia
Hace 15 horas
Espacio de excéntricos, críticos, escépticos, rebeldes, radicales y raros.
"Las cosas no pueden quedar duraderamente detenidas, por eso sigue ahora el signo: La Evolución. Evolución significa progresar."La respuesta te dejó satisfecho y quisiste saber qué más te podría decir el I Ching. Repetiste el procedimiento:
"Abajo, al borde de la montaña, sopla viento: la imagen del echarse a perder. Así el noble sacude a las gentes y fortalece su espíritu."Otra vez lo hizo. No podías creer cómo atinaba a tus pensamientos, a tus sentimientos, al estado de ánimo. Nuevamente la concentración, el azar y el destino:
"La instalación de un Pozo necesariamente ha de ser revuelta con el tiempo; por eso sigue ahora el signo: La Revolución.Esto ya no lo sentiste tan natural, tan instintivo. Lo intentaste nuevamente y fue la última porque la magia se había ido. Cerraste el libro con satisfacción por las respuestas que te dio el I Ching.
"La Revolución significa la eliminación de lo envejecido."
"¡Cuántas veces has estado a punto de conseguir el triunfo definitivo y sólo por falta de constancia, por falta de energía no lo has conseguido!"Los libros te hablan, se comunican. No sabes qué pensar y sólo atinas a murmurar: "¿Por qué me dicen esto?"
La educación y la cultura han padecido fuertes recortes. Es grave porque la primera es urgente para salir del atraso en que vivimos y la segunda porque México es un país de artistas notables. No todos los intelectuales son pobres, algunos reciben grandes cantidades de dinero del Estado, además, como un excelente añadido, no hay premio que dejen de recibir. Llega a ser aburrido que unos cuantos concentren en sus manos todos los reconocimientos, doctorados, viajes al exterior, premios y becas. A este respecto circula en Internet un interesante artículo, que además está en un blog firmado por L. Morel y Alba Z. En este trabajo documentado señalan el actual monto que cada becario a perpetuidad ha recibido en estos atribulados tiempos.
[...] Sabemos cómo se conceden las becas y llegan los privilegios a un puñado, lo que nadie entiende es la razón de que, en época de crisis, la educación pública y la cultura reciban severos cortes y los privilegios de unos cuantos sigan intocados. Lo llamativo es que ellos mismos insistan en que debe haber mayor apoyo a la cultura. ¿Para su mejoría o para que el reparto del dinero sea distribuido de manera equitativa que apoye a los jóvenes y no siempre a los afamados, muy ricos y que no necesitan el apoyo público? Los autores del artículo, concluyen que “de 1993 a la fecha, tan sólo estas seis personas han recibido del erario nacional una suma aproximada de unos 26 millones de pesos” y preguntan “¿Acaso necesitan ese dinero? ¿No es suficiente con lo que han acumulado?”, luego de multitud de premios, reconocimientos, ventas de libros y otros ingresos.Es una gran satisfacción saber que no hablamos al vacío en este espacio, que nuestras críticas son tomadas en cuenta por algunas personas, y es una doble satisfacción cuando esa persona es alguien que siempre ha ejercido, no sólo la creación literaria, sino la crítica y la docencia, alguien a quien en muchas ocasiones he referido como "mi maestro": René Avilés Fabila. Un gran saludo desde aquí.
Me sumo a la pregunta.
Vano sería buscar la salvación en alguna de las facciones que se disputan ahora, en nuestro territorio o al abrigo de la liberalidad yanqui, el dominio de México; ninguna trae en su seno, a despecho de lo que afirmen sus planes y sus hombres, un nuevo método, un nuevo procedimiento, una nueva idea, un sentir nuevo que alienten la esperanza de un resurgimiento. La vida interna de todos estos partidos no es mejor ni peor que la proverbial de nuestras tiranías oligárquicas; como en éstas, vive en ellos la misma ambicioncilla ruin, la misma injusticia metódica, la misma brutalidad, la misma ceguera, el mismo afán de lucro; en una palabra: la misma ausencia del sentimiento y la idea de la patria. (en La querella de México, 1915).
¿Qué entendemos por nostalgia? En griego, nostos significa “regreso”. Algos se refiere al “sufrimiento”. La nostalgia es el sufrimiento causado por un hecho concreto: el no poder regresar. En portugués, Fernando Pessoa nos habla de saudade. En inglés decimos, homesickness. En alemán, Heimweh. En español, además de la palabra de origen griego “nostalgia” empleamos también la palabra “añoranza”, que proviene del verbo “añorar” y que a su vez tiene su raíz en el verbo catalán enyorar, derivado del latín ignorare (que significa “ignorar”, no saber algo). Siguiendo esta etimología, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estoy solo. Estoy lejos. Siento dolor. No sé lo que sucede en mi país, con la persona amada, con el pasado que he dejado atrás. Soy un aventurero o un exiliado. Un soñador en busca de la Edad de Oro o un ángel condenado que recuerda el paraíso perdido. En francés también se emplea la palabra nostalgie, pero no hay verbo. No hay manera de decir “te añoro”, “te extraño”. Hay que recurrir a formulas más frías como je m' ennuie de toi (te echo de menos) o tu me manques (me haces falta). Lo interesante aquí es la palabra ennui (aburrimiento), tan popular a partir de Baudelaire, quién a su vez tuvo que recurrir a la palabra inglesa spleen, para tratar de definir ese malestar, esa sensación de carencia y de vacío. En Alemania se emplea muy pocas veces la palabra “nostalgia” en su forma griega y lo más frecuente es decir: Sehnsucht: búsqueda o deseo de lo que está ausente. Debemos subrayar que la Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido, es decir, tanto al pasado como a aquello que todavía no conocemos. Para incluir la idea de nostos o de “regreso” hay que añadir algo: Sehnsucht nach der Vergangenheit (nostalgia del pasado), nacht der verlorenen Kindheit (nostalgia de la infancia perdida) o nacht der ersten Liebe (nostalgia del primer amor).
[...] La nostalgia es recuerdo, imaginación y creación. El recorrido es por dentro. Es el viaje alrededor de la alcoba; el viaje erótico, pero también el camino del arte y de la memoria colectiva. La posibilidad del lenguaje se da en la sábana en blanco, como la página en blanco, con el placer y sus silencios, con el dolor y su verdad. Es la interiorización de la experiencia poética. Un viaje que nos acerca a lo más íntimo, a lo más profundo, a lo más originario de nuestro propio ser.
La Jornada, viernes 5 de junio de 2009
El escritor colombiano William Ospina es el ganador del decimosexto Premio Rómulo Gallegos, por su novela El país de la canela, en la que narra la historia de los primeros exploradores españoles que llegaron al continente americano, informó este miércoles el comité organizador del galardón.
Aunque el anuncio oficial se produjo ayer, desde el mediodía del miércoles llegó a la redacción de La Jornada un correo electrónico de la página web de literatura [ándale, los de la H. Redacción ora sí nos sentimos casi como "Letras Libres"] colectivoadversus.blogspot.com, en el que se filtraba que el elegido era Ospina.
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